
La ley es clara: cualquier territorio que esté por encima de los 3000 metros de altura sobre el nivel del mar es páramo, y no puede ser tocado. Eso garantiza la conservación de ciertas áreas de páramo, pero no son las únicas que existen. A los 2800 metros también habitan frailejones; a los 2500 metros también produce agua este ecosistema. Estas zonas no cuentan con la protección de la ley, y es donde se enfrentan a los principales eventos de deforestación: la ganadería, el cultivo de la tierra y la minería. Habría que sumar un evento más —también producto del hombre— que es la introducción de especies ajenas al territorio, como el pino, el eucalipto y el retamo, que son plantas que desplazan a las locales y cambian el ecosistema.
Este es el principal área de impacto de SIEMBRA y a donde se destinan en gran parte los recursos producidos. Como plataforma, ofrecemos un escenario donde diferentes actores como ciudadanos conscientes, dueños de reservas autónomas, empresas especializadas en reforestación y proveedores con prácticas responsables —entre otros— tienen la misma importancia y capacidad para generar cambio efectivo. Nuestro programa de reforestación abre puertas para que podamos actuar cada día en nuestras decisiones de consumo al tomar Agua SIEMBRA, o para ir directamente al páramo a sembrar. Actualmente llevamos a cabo nuestro programa de reforestación en las reservas de Guajinazié y El Zoque en Guasca.
En 2017 realizamos nuestra primera siembra en la reserva de Guajinazié, al norte de Chingaza. En una jornada donde junto a voluntarios y trabajadores en reforestación sembramos 1500 árboles, recuperando una hectárea de páramo. Ésta es ahora un área que capturará 250 toneladas de carbono y protegerá 70.000 litros de agua al año.
Para nuestra siguiente fase de desarrollo estamos construyendo viveros. En ellos crecerán las plantas que habitarán las zonas reforestadas de páramo durante las próximas décadas. Pino romerón, laurel de cera, arrayán son algunas de las especies de páramo que nos ayudarán en la tarea de recuperar este ecosistema. Este esquema permite multiplicar el impacto que genera cada botella de Agua SIEMBRA vendida, acercándonos cada vez más a nuestra meta de 1 botella = 1 árbol. En 2018 esperamos sembrar varias hectáreas más, con tu ayuda haremos que sea el mayor número posible.
SIEMBRA es un puente entre el páramo y la ciudad, una relación que se produce en ambos sentidos. Este puente se construye desde el medio y se extiende por un lado hacia el páramo a medida que aumenta su impacto positivo; por el otro crece hacia la ciudad a medida que disminuye su impacto negativo. Nuestro programa de reciclaje es un paso más en la dirección de la ciudad. A través de alianzas con nuestros clientes y con el esfuerzo de Ecoworks —aliado estratégico para el cuidado ambiental— hemos diseñado circuitos para recoger los desperdicios reciclables directamente en los puntos donde se consume Agua Siembra. Asimilando no solo nuestras botellas sino las de otras marcas reducimos el impacto negativo de una manera más eficiente.
Este proyecto involucra varias partes para llevarse a cabo, incluyendo también a los recicladores a quienes se les provee insumos para realizar adecuadamente su trabajo. Uno de estos es el medio para el traslado de material, para lo que cuentan con una bicicleta eléctrica concebida junto a Ecoworks. SIEMBRA es una plataforma donde cada agente involucrado obtiene beneficios. La contribución de las personas que realizan la recolección es esencial, su trabajo es digno en la medida que mejoren las condiciones donde lo realizan. Lo valoramos de gran manera, razón por la que invertimos en él.